12 de agosto de 2011

Drogas en nuestro entorno 1: los monguis

¿Qué tienen que ver las drogas con el medio ambiente? Se preguntará alguno. Pues mucho, ya que en la naturaleza disponemos de una gran cantidad de recursos que posibilitan nuestras actividades diarias, y una de las actividades que más se llevan a cabo en nuestro país (aunque a muchos no les guste, yo incluido) es meterse un buen chute. Tal es así, que en los tres reinos Eukaryotas (excluyendo los protistas) que pueblan los diferentes ecosistemas presentes en nuestro alrededor,  Fungi (hongos), Animalia (animales) y Plantae (plantas), existen gran cantidad de especies con efectos estimulantes, deprimentes, narcóticos o alucinógenos.

Y si es así, ¿cómo es que los “adeptos” no hacen uso de ello? La respuesta es muy simple: por desconocimiento. Y es por ello que yo quiero mostrar esta cara oculta que representa la biodiversidad, no por promocionar el uso de estas substancias, sino porque a la hora de hablar y analizar un tema, tienen que tenerse en cuenta todas las vertientes, por muy tabú que pueda resultar y, así, reducir este desconocimiento generalizado (luego cada cual será libre de decidir cómo actuar).

De esta forma, en esta primera entrega os hablaré de una seta llamada Psylocibe merdaria, conocida por algunos como  Mongui. Esta seta, como bien podréis imaginar, tiene efectos alucinógenos (se sabe que las variantes americanas de setas del género Psylocybe eran comúnmente utilizadas por los indígenas en sus rituales religiosos ), debido a que contiene psilocina (C12H16N2O), psilocibina (C12H17N2O4P) y baeocistina (C11H15N2O4P) entre otras. P. merdaria, tal y como indica su nombre científico, crece de forma natural (especialmente en los meses de otoño e invierno) sobre excrementos en campos de pastura en fondos de valle, y también en prados alpinos y subalpinos (a partir de los 1800 metros de altura), o en zonas mosaico de prados y matorrales, lugares fácilmente frecuentados por turistas, excursionistas, trabajadores rurales, etc.  Ésta, se puede comer, beber como infusión o ser cocinada, teniendo en cuenta que las psylocibes contienen un mayor porcentaje de psilocibina cuando están secas (0.3%) que cuando están frescas (0.04%), provocando efectos ligeramente menos potentes que los del LSD, produciendo una agudización de los sentidos y una estimulación efectiva, facilitando la expresión de los sentimientos, pasando por alucinaciones visuales y auditivas; y una percepción distorsionada de la realidad, el tiempo y el espacio, incluyendo ataques de pánico (aunque todo ello dependerá del estado de ánimo de la persona). A nivel físico, los efectos pasan por un aumento de la temperatura corporal, alteraciones gastrointestinales (nauseas, diarreas y vómitos); trastornos perceptivos, pérdida del equilibrio, etc. Estos efectos se inician entre 25 y 30 minutos después de la ingestión, pudiendo durar hasta 6 horas.

La legislación respecto a los hongos psilocibos es ambigua, ya que tanto su tenencia en ciertas cantidades como su comercialización están prohibidas,  pero no hay nada que evite la gente vaya al bosque y se coma algunas setas.

Espero que la montaña no se llene ahora de yonkis, ya que tendré que dejar de hablar de estas cosas tan interesantes xD.

9 de agosto de 2011

La pesca de la trucha a mosca: Un mundo lleno de curiosidades

Mi nombre es Sergio, pescador a mosca y practicante de la modalidad Sin Muerte desde mis inicios en este extenso y variado mundo de la pesca deportiva.

Voy a hablaros, concretamente, de la pesca a mosca, ese gran arte de pesca milenario que se remonta, según han desvelado algunos escritos, al año 2000 a.C aproximadamente, aunque hoy en día se asume que esta modalidad tiene sus orígenes en el siglo II a.C en Macedonia.

Estos escritos describían el comportamiento de la trucha en el propio río, la manera que tenían de alimentarse, como subían a la superficie a comer esos insectos voladores que hoy, ya podemos catalogar como; efemerópteros, plecópteros, tricópteros, dípteros, etc.

A través de estas observaciones se empezó a practicar la pesca de esta gran especie con imitaciones montadas a mano de esos insectos que sobrevolaban los ríos, y con la utilización de un simple alambre curvo a modo de anzuelo, unas plumas, pelos e hilos conseguían las preciadas capturas gracias a esas observaciones.


La técnica se fue perfeccionando y extendiéndose, como todo, y todos aquellos que querían formar parte de ese colectivo de “pescadores a mosca” se construían sus propias cañas de no más de dos metros de longitud, con un hilo del mismo largo de la caña a modo de línea y una de esas “moscas” confeccionadas a mano.

En estos tiempos que corren, esta práctica se ha convertido en una, o la que más, de las modalidades más técnicas y bellas que podemos practicar en nuestros ríos.


Centrándonos en la práctica de esta modalidad en la actualidad, podemos decir que estamos suficientemente preparados, a nivel de materiales de montaje y conocimientos sobre el propio objetivo, la trucha, como para determinar el patrón de conducta de la misma en ese río en concreto y adaptarnos al método de pesca que queramos, es decir, saber elegir la mosca correcta y donde colocarla con cierta precisión en ese lugar, donde tengamos la certeza o la corazonada de que ese “sitio” es una postura habitual de nuestra amiga la trucha.


- ¿Puede parece difícil? –Yo más bien diría que es una modalidad muy completa, sobretodo el factor observación del medio. Para poder adaptarse al comportamiento de la trucha, conseguir engañarla y hacer morderle el anzuelo, hace falta observación.

Por estos motivos y desde mi punto de vista hablamos sin duda alguna, de una modalidad de pesca para disfrutar, ya no sólo por el pez en si, sino por todo lo que rodea este gran mundillo; entomología acuática, el entorno en el que llevaremos a cabo nuestra acción de pesca y por supuesto, lo que más valoro, la tranquilidad del ambiente. Sólo tú y la tranquilidad que ofrece la naturaleza.

Para concluir sólo puedo decir que, todos los amantes de la pesca que todavía no hayan tenido la ocasión de poder disfrutar de una jornada de pesca a mosca, que no duden en hacerlo.

Sergio López
www.sergioamosca.com

6 de agosto de 2011

La alarma de las marmotas

¿Que es lo que se os viene a la cabeza cuando  oís la palabra marmota? A muchos les vendrá la expresión "dormir como una marmota", otros pensarán en la película "Atrapado en el tiempo", en la que Bill Murray  revive una y otra vez el día de la marmota…pero, ¿alguien sabe cómo "hablan" estos roedores?

Pues aquí os dejo un vídeo (no de muy buena calidad, por desgracia, y en la que pongo una voz algo estúpida xD) en la que nos topamos con unas marmotas alpinas (Marmota marmota), muy extendidas actualmente por todo el Pirineo Catalan, mientras hacíamos un censo de perdiz pardilla (Perdix perdix). En ella se escuchan los silbidos de alarma que sirven para avisarse entre ellas de la presencia de un peligro próximo (las personas con poco conocimiento sobre éstas, suelen confundir su grito con el de algún ave).


A partir de hoy, cuando te digan que eres una marmota, no sabrás si es porque te pasas el día durmiendo, o porque tienes una voz de pito que rezumba los oídos.